EL LUNFARDO

    Lenguaje que desciende de los barcos

 Surgió durante el período de la inmigración a raíz del contacto entre lenguas diversas y se mantiene en contextos de habla popular.  En sus orígenes, constituyó una variante de la lengua sociocultural 

“Perdoná si al evocarte se me pianta un lagrimón…” ¿Pianta? ¡Sí, leíste bien! Este, como muchos otros términos, pertenece al vocabulario que puebla el tango y que viene prestado del “lunfardo”.


   

 Pero, ¿qué es el lunfardo?

Nos tenemos que remontar al período de la inmigración para poder dar una definición certera de este léxico, que siempre anda llenando las frases con su estilo pintoresco y puramente localista. Lo cierto es que en un comienzo, el lunfardo fue asociado con la rufianería y la delincuencia porque eran los malevos de los conventillos quienes usaban esos términos para referirse a las mujeres, al vino o a la pelea.
Durante la segunda mitad del siglo XIX, Buenos Aires se llenó de pobladores que, en búsqueda de una forma de vida estable y preponderantemente familiar, se instalaron en los conventillos que los acogieron. Allí, comenzaron a mezclarse las lenguas de origen como el italiano, español y catalán con términos campesinos y aborígenes dando lugar a nuevas combinaciones.

Según parece, el término lunfardo es una deformación de lombardo (el natural de la región italiana de Lombardía). Este tér­mino, antes de que llegara a la Argentina, en Italia significaba ladrón. Si bien el lunfardo se desarrolló y fue inicialmente estudiado como un idioma secreto, una especie de jerga de la gente de malvivir, "proviene básicamente de los inmigran­tes”

Con la llegada de inmigrantes, se produjo una deformación oral y auditiva. Los nativos, fastidiados porque creían que el extranjero venía a quitarles su lugar, tomaban como chiste ciertas palabras y las transformaban fonéticamente. Y a los extranjeros les pasa­ba lo mismo: a partir de lo que escuchaban, de lo que entendían armaban su propio idioma", dice Nyda Cuniberti, primera mujer integrante de la Academia Porteña del Lunfardo.

     Pero el origen de las palabras del lunfardo es muy variado. Algunos ejemplos: bacán, berretín, biaba, manyar, fiaca, chitrulo, chau son italianismos.  Cana proviene de Francia. Che, la más típica palabra argentina, proviene del guaraní y quiere decir mí. Cancha tiene origen quechua. Garúa, poncho, gaucho y gauchada provienen del araucano.
     Los inmigrantes taños, los gallegos, los turcos, los rusos, los polacos, debieron adaptarse al lenguaje y lo modificaron, primero que nada, para no pasar por otarios.
Carlos Ulanovsky. Los argentinos por la boca mueren. Obra citada (texto adaptado).

Palabra proveniente del lunfardo.                                             Significado en lengua general.
amarrete                                                                                          tacaño
biyuya                                                                                             dinero
biaba                                                                                               paliza  
payuca                                                                                            torpe
bacán                                                                                              adinerado
chamuyo                                                                                         charla
cachada                                                                                          broma
berretín                                                                                           chifladura
bife                                                                                                 bofetada
cana/yuta                                                                                        policía
 

 ¿Cómo se difundió el lunfardo?

Muchas de las palabras que diariamente usamos pertenecen al lunfardo aunque no seamos conscientes de ello. El tango y el folclore fueron los principales promotores de esta forma de expresión. ¿No escuchaste alguna vez a una señora enojada diciendo con firmeza “te quedás quieto porque si no te doy un castañazo” o a un joven arrepentido pidiendo por favor: “no me deschaven”

Percanta por “muchacha”, limpiar por “matar”, sanatear por “inventar”, berreta por “imitación”… Y así un sin número de expresiones se las debemos al lunfardo, que supo hacerse popular e instalarse en los más variados ámbitos. Muchos de estos términos pululan por las calles enriqueciendo nuestro idioma con regionalismos y recordándonos acerca de nuestra propia diversidad cultural.



Comentarios

  1. Después de nueve años que tiene este blog aparezco yo en este momento a decirle a Cristina que me fue muy útil esta información, que pude usar esta imagen y explicación para una tarea de la universidad.

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    1. Después de una año que dejaste el comentario, estoy actualizando temas de este blog y me alegra mucho que te fuera útil.Gracias por comentar

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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