EL ESPAÑOL EN ARGENTINA


Todos hablamos español, pero ¿siempre nos entendemos?
Poco después de llegar a México una argentina le indicó a su ayudante doméstica:

-En la heladera hay choclos, zapallitos y batatas, me los pone a hervir como para hacer un puchero.

Ni siquiera sospechaba que se estaba por quedar sin comida. Cuando volvió, la chica no había preparado nada porque allá heladera se dice refrigerador, choclo se dice elote, zapallito se dice calabacita y batata se dice camote. Y puchero, cocido.

"Entre los más de 2.800 idiomas existentes y los más de 3.000 dialectos que hay en el mundo tenemos uno y lo hablamos transformándolo en un manojo de palabras renovable y vivaz. Los que decimos hablar en castellano o español hablamos en realidad en argentino, que es una mezcla de modismos, metáforas, jergas de diversos grupos y de la inmigración", dice Carlos Ulanovsky.

Por el número de sus hablantes, el español es la quinta de las grandes lenguas del mundo; sólo la aventajan el chino, el inglés, el indostaní y el ruso. Pero la importancia de una lengua no se mide sólo por el número de personas que la hablan; cuentan más decisivamente la fuerza política y económica que la tienen por suya.

Si bien el castellano hablado en Argentina no difiere funda­mentalmente del de España, tiene algunas particularidades:

Voseo: uso de vos por, con formas especiales de los verbos o sin ellas.
Seseo: desaparición de la diferencia fónica entre s, c, y z.
Yeísmo: pronunciación de II con sonido de y (lluvia -lluvia)
Tonadas regionales (cordobesa, porteña, salteña, correntina, etc.)
Vocabulario: hay muchas palabras usadas con diferente significado.

C. Ulanovsky. Los argentinos por la boca mueren. Obra citada

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