Historia y evolución de la escritura.

Desde tiempos antiguos el hombre mostró preocupación por estar informado. En las sociedades de tradición oral (que no tenían escritura), como en las de tradición escrita.
En las comunidades de tradición oral, si bien no tenían alfabeto no eran incultas ni iletradas ya que poseían el ejercicio de la palabra oral; en ellas la memoria era la única fuente de conocimiento e información. Por ello se empleaban estrategias para favorecer y conservar la memoria, por eso surgen los mitos, coplas populares, canciones infantiles -con recursos de repetición-; también recurrían a pinturas y tatuajes. La lengua actual también usa recursos del estilo oral los slóganes publicitarios o propaganda política, o se repiten siglas ACA (automóvil club argentino), CQC (caiga quien caiga), PNP (perdona nuestros pecados)
En África occidental estaban los griots (historiadores de aldeas) llamados “bolsas de palabras” que conservaban la memoria y las tradiciones y se recurría a ellos en busca de información (como si fuera un manual o internet). Ellos la transmitían hablando, cantando y modulando la voz; también recurrían a gestos de apoyo a la información. Además ellos instruían a sus continuadores.
En el Imperio Incaico eran los amautas quienes difundían los hechos que el Consejo consideraba necesario difundir, vivían en las “casas del saber”.
En Europa medieval, los juglares recorrían los reinos cantando las hazañas guerreras y recordándolas.
La historia de cómo y con qué medios el hombre se propuso dar permanencia en el tiempo a los sucesos que marcaban su existencia es larga y compleja. El hombre siempre dibujó y recurrió a distintas habilidades para mantener la memoria de los hechos, establecer vínculos comerciales y espirituales: marcas en los huesos, rayas en piezas de cerámica etc.

1. Inventar un mensaje usando ideogramas

El alfabeto:

Pero es el alfabeto el primer sistema que definitivamente se separa del objeto y transcribe el sonido. La escritura alfabética es de fácil aprendizaje y de gran eficacia, porque con pocos fonemas (sonido de las letras), se pueden formar miles de palabras.
Con la escritura se desarrolló el “oficio de escribir”, los materiales que se usaban, por ejemplo, las plumas de ganso y las tintas líquidas que había que preparar, requerían una habilidad manual que costaba adquirir. (Ni pensar en la birome que nos venden por centavos en el quiosco)
Los que escribían hacían cartas y documentos por encargo. En Europa, en plena Edad Media, se contrataban escribas o amanuenses. El que dictaba declamaba como si estuviera ante un público; escribir era entonces sólo una técnica.
La escritura alfabética, fue decisiva en la organización de las actividades humanas. Permitió dictar leyes, garantizar deberes y derechos, conocer y mantener en la memoria acontecimientos importantes.
La escritura no fue para todos en sus comienzos: en la Antigua Roma existía un latín culto o escrito y otro vulgar o hablado por la gente, porque la gente no se alfabetizó sino después de muchos siglos. Del latín derivó el castellano llamado por eso lengua romance.

A partir del siglo V, los monjes eran los encargados de copiar los libros (por lo general de teología y gramática) y los documentos que se guardaban en los monasterios. Estos fueron los que concentraron el saber. Pero, eran muy pocos los que tenían el privilegio de leer, sólo los nobles o el clero. Saber leer y escribir fue, poco a poco, adquiriendo la significación que tiene en la actualidad. Hoy el dominio de lo escrito es una necesidad, la lengua escrita es ya rutina generalizada a toda la población. El Estado tiene la obligación de asegurar la alfabetización de todos los habitantes. Imaginemos cómo sería transitar por una ciudad sin poder leer instrucciones, avisos, direcciones.

¿Sobre qué se escribía? Soportes de la escritura, desde el papiro al libro electrónico
Las culturas antiguas realizaban pictogramas e ideogramas, raspando piedras con cuñas, en las paredes de cuevas, troncos de árboles y en tablillas de cerámica. Posteriormente (hace 6.000 años), los egipcios utilizaron cortezas secas de papiro, obtenidas de una planta con caña de dos o tres metros de altura, que abundaba en las orillas del Nilo. Las cortezas eran humedecidas y prensadas para hacerlas resistentes; al secarse las usaban los escribas. Se escribía en sentido vertical usando sólo la superficie de una cara. Luego se enrollaban alrededor de un cilindro dando origen a un rudimentario libro. La escritura de los egipcios fue la más evolucionada de los pueblos antiguos, ellos registraban sus documentos importantes y hechos históricos.

Durante la Edad Media se utilizó el pergamino, piel de res sin curtir y alisada (como las que todavía se usan para fabricar tambores o panderetas). Su nombre se debe a la antigua ciudad de Pérgamo, en Asia Menor, donde tuvo su origen.
A partir del siglo IV d.C se empleó el códice como soporte de la escritura, que se parecía bastante al libro actual. Los códices se escribían sobre pergaminos, a los que se preparaba especialmente. En los monasterios de la Edad Media los monjes copiaron textos religiosos y clásicos que iluminaban artísticamente con láminas de oro. El rollo era la forma en que los griegos presentaban sus manuscritos en pergamino. Por eso, la palabra volumen, hoy sinónimo de libro, viene del latín y significa "rollo".
La llegada del papel — de origen chino muy remoto, difundido en Europa en el siglo XV — promovió un nuevo avance que permanece hasta hoy y sin duda permanecerá aun cuando comparta la difusión de la palabra escrita con otros soportes. La celulosa es la materia prima con la que se fabrica el papel. Se extrae de los troncos de los árboles, la especie más utilizada es el pino insigne. Para fabricar el papel, se usa la pulpa de madera a la cual se prensa y se convierte en lámina a la que se hace pasar por rodillos y se seca en cilindros para sacar el resto de humedad.
La utilización del papel y la invención de la imprenta 1440, por parte de Johannes Gutemberg, permitió producir el primer libro impreso. El texto impreso fijó la escritura en forma definitiva, así la palabra escrita se convirtió en un objeto industrial práctico y democrático; ya que generalizó la escritura, permitió la impresión de muchos ejemplares, se abarataron los libros y más lectores pudieron acceder a ellos.
Surgieron los autores que empezaron a publicar sus obras con sus nombres, más tarde los editores que controlaban la publicación y pagaban derechos por contratos.
Actualmente la palabra escrita se difunde mediante otros soportes tecnológicos: cassette, disquete, CD-ROM, DVD, Internet y el libro electrónico (que permite almacenar 500 libros de 200 páginas y reemplazarlos, la pantalla es sensible al tacto, permite marcar el texto, subrayar párrafos, hacer anotaciones al margen, doblar una página para marcarla, cambiar el tamaño de letras, buscar el significado de palabras, ver ilustraciones animadas, audio y video)

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